Al norte de Molina de Segura, camino de Fortuna, hay una serie de pedanías casi desconocidas que esconden en sus faldas una zona muy bella y de inmensa quietud: el parque de Vicente Blanes. Un espacio natural protegido, conocido por muy pocos, e ideal para pasar el día al aire libre con los más pequeños.
Llegar puede resultar lo más complicado, porque hay que atravesar varias de estas pedanías, y en algunos puntos no está bien indicado. Pero si nos hacemos con uno de los mapas de situación del parque antes de salir, lo habréis alcanzado en unos 30 minutos si vais desde Murcia capital.
En la zona principal del parque, encontramos un área recreativa, con varias mesas de piedra cubiertas por una enorme pérgola (no nos mojaremos si llueve ¡bien!), varias barbacoas, y una zona de juegos infantiles a tan sólo unos metros. Con lo que podemos estar comiendo a la vez que vigilamos a los pequeños sin ningún problema. Algo que llama poderosa y gratamente la atención de este parque es que hay unos cuartos de aseo en perfecto estado a unos metros de las mesas. Sí. Limpios y en perfecto estado. Lo que supone siempre una ventaja y no sólo para los niños. Las vistas desde aquí mismo son fantásticas, pero si queréis ver algo espectacular, podéis visitar alguno de los dos miradores que tiene el parque: uno hacia el norte, y otro hacia el sur. Están a tan sólo unos diez minutos de paseo.
Y si os quedáis con ganas de andar un poco más, y los peques se prestan, existen varias rutas de pocos metros que merecen mucho la pena. La zona es rica en fósiles, así que es posible que os topéis con alguna almeja fosilizada o incluso un mejillón. Andar con cuidado e ir buscando entre las rocas es un juego divertido para entretener a los niños mientras caminamos. En resumen: un día fantástico, por muy poquito dinero, y disfrutando de la naturaleza. ¿Alguien da más?