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SIERRA ESPUÑA

Aunque haga frío... o aunque haga calor: sí. Hay que salir de casa, de la ciudad, y echarse al monte (cual cabricas algunos) a disfrutar de la naturaleza, a encontrarnos con nuestro otro "yo", y, sobre todo, no nos engañemos, a que los niños suelten adrenalina corriendo libres entre los pinos.

Un lugar muy atractivo para hacerlo en invierno, porque a veces hay nieve y a los niños les encanta, es Sierra Espuña entre Alhama de Murcia, Totana y Mula. En este parque regional encontramos decenas de posibilidades: rutas, miradores, zonas de ocio, étc. Pero, como vamos con los peques, vamos a elegir una actividad ligera y fácil para todas las edades: La senda de los siete hermanos. Es una ruta relativamente corta, de unos tres kilómetros, que se hace en poco más de una hora, y de camino bastante llano.

La ruta parte del Centro de Visitantes de Ricardo Codorniú, al que se accede desde Alhama de Murcia. Es un antiguo caserón que se ha recuperado para explicar al visitante todo lo que encontrará en el parque, desde la fauna y la flora, hasta los minerales o áreas restauradas. La entrada es gratuita, y como tiene paneles interactivos seguro que a los niños les gustará. Frente al Centro hay una gran explanada en la que dejar los coches. Aunque lo ideal es venir en dos, y dejar uno al final de la ruta, por si estamos muy cansados para hacer la vuelta andando. Con todo, si sólo tenéis un coche, tened en cuenta que anochece temprano y preved el tiempo de vuelta.

La ruta comienza junto al Centro de Visitantes, donde os podrán dar un mapa, aunque está perfectamente indicada y resulta muy cómoda. Por el camino, ardillas, cabras, arbustos exóticos, e incluso algún que otro monumento. El camino está lleno de casitas de pájaros y ardillasUnos metros antes de llegar al final del recorrido, nos encontramos con el viejo sanatorio de enfermos mentales de Sierra Espuña. Un lugar encantado, dicen algunos, ideal para hacer parada y contar algunas historias de misterio (si los niños ya tienen edad). La verdad es que el sitio es escalofriante y la mayoría lo pasan corriendo...Pasado este tenebroso lugar... y unos 500 metros más arriba, llegamos al área de recreo. Un lugar fantástico para descansar, con excelentes vistas, mesas de piedra y barbacoas. Lo ideal, si el tiempo lo permite, es organizar un buen picnic y parar aquí a comer, antes de iniciar la vuelta.

Pero si no os apetece pasar frio, tan sólo unos metros más arriba, encontramos La Perdiz, un típico restaurante de montaña en el que comer algo calentitos. El sitio no es barato, pero la cocina es excelente. Área recreativa de La Perdiz.Después de un intenso día, toca volver a casa, y en el camino... aún nos aguardan algunas sorpresas. Os recomiendo que guardéis algo de pan en el bolsillo...En la carretera de bajada los jabalíes salen al encuentro en busca de comidaAunque hay que tener precaución, están muy acostumbrados a la gente.

¿Quién dijo miedo?... Cierre de lujo para una jornada más que completa.

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